No soy de las personas que les gusta hablar en público, eso lo se desde que estaba en el colegio cuando me molestaba mucho tener que salir a la pizarra y exponer sobre algún tema que solo servia para aprobar un curso, peor aun no me gustaba salir a exponer cuando no había estudiado el tema y corría el riesgo de quedarme callado (mismo radio cuando se queda sin electricidad) ante la carcajada de mis compañeros y de los profesores que siempre se ríen, aunque lo saben ocultar bien.
Con el tiempo pude superar esos temores y me volví mas conchudo si me olvidaba algún tema improvisaba sobre la marcha con una broma o me ponía hablar de otra vaina. Pero no he cambiado mucho hasta ahora me cuesta hablar en publico eso se lo dejo al que le gusta, siempre hay a los que le gusta escuchar el sonido de su voz y les gusta hablar y hablar, hablan con voz fuerte (según ellos para imponer respeto) parece que les causa placer, seguramente si. La verdad me da un poco de pica eso, me hubiese gustado también sentir ese placer, pero no. Dicen que es bueno hablar, expresar las ideas y todo eso. Felizmente existen otras formas de comunicación como la escrita, siempre preferí un examen escrito a uno oral y como aun mantengo en algo esa conchudes ahora escribo este blog.
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